Es un residuo catalogado como residuo de envases de pintura, disolventes o barnices de uso doméstico.
El mayor riesgo de estos residuos es el contenido que pueda haber dentro del envase, por ejemplo, los envases de pinturas, barnices, esmaltes, etc. contienen pigmentos y disolventes que son muy tóxicos. Se recomienda utilizar pinturas al agua, en vez de otro tipo de pinturas, porque carecen de disolventes y son menos tóxicas.
Si las sustancias peligrosas que contienen los envases de pinturas y disolventes se desechan en la naturaleza o acaban en instalaciones de gestión de residuos no apropiadas, podrían perjudicar gravemente los suelos, ríos y acuíferos.
El envase de estos residuos también tiene impactos en el medio ambiente. Los envases de plástico tardan entre 100 y 1.000 años en descomponerse y las latas 10. Cada año se tiran a los océanos 8 millones de toneladas de estos envases de plástico, equivalente al peso de 34 torres Eiffel. La gran cantidad de plásticos en los mares, que aumenta año tras año debido a su durabilidad y al gran consumo, provoca la muerte de flora y fauna marina por enredos, asfixia, estrangulación, desnutrición o intoxicación.
Recogiendo selectivamente estos residuos y gestionándolos adecuadamente por gestores cualificados y autorizados se puede separar el contenido peligroso del envase y obtener nuevos productos, por ejemplo:
- A partir de envases metálicos se obtienen bidones, estructuras de coches, etc.
- Con envases de plástico, se pueden obtener prendas de ropa, nuevos envases, bolsas de plástico, mobiliario, tuberías, contenedores, etc.