Es un residuo catalogado como pequeño residuo de aparatos eléctricos y electrónicos de uso doméstico.
Los aparatos contienen en su interior numerosos elementos peligrosos, como baterías, elementos de mercurio, aceites, lámparas fluorescentes, etc., que contienen sustancias peligrosas, por ejemplo cadmio, mercurio, níquel o plomo, para la salud humana y el medio ambiente.
Mediante la gestión adecuada de estos objetos peligrosos se impide que se viertan directamente e incontroladamente al medio ambiente sustancias peligrosas como el mercurio, cadmio, litio, etc. Si estos pequeños aparatos eléctricos son aún útiles o se pueden reparar por el gestor de residuos, se les da una 2ª vida. Si no es posible darles una 2ª vida, se reutilizan los componentes que puedan ser útiles en otros aparatos. Si no se pueden reutilizar los aparatos o sus componentes, el reciclaje de sus materiales o metales, como el vidrio, plástico, acero, cobre, aluminio, zinc o metales preciosos, permite obtener materia prima para nuevos productos y evitar la explotación de recursos naturales no renovables.